domingo, 14 de abril de 2024

Ep. 02 Infidelidad: ¿Cómo se siente?

 La primera vez en mi vida que supe lo que es enterarse de una infidelidad estaba a punto de entrar a una cirugía de cordal, en ese instante me sentía enamorada, creía que había tocado el cielo con las manos con la persona que había conocido y todo parecía perfecto, la verdad el típico cuento de hadas que uno quiere y desea, como de costumbre hablaba con él por celular y lo sentía extraño (bendita intuición con la que nací para reconocer eso de las personas) me decía que apagara el celular que ya no lo mirara más y entrara tranquila al consultorio pero ese tipo de comportamientos extraños hacen que uno dude más y pensaba: ¿Ahora que pasó?, pero en ese instante llega un mensaje al celular de un número extraño donde empieza diciendo: tú no sabes quién soy yo pero debes saber esto…

En ese instante mi mami me acompañaba pero tenía que irse a trabajar y no podía estar ahí conmigo, ya casi se iba y mis ojos hicieron el mayor de sus esfuerzos para que no se llenaran de agua, no quería que ella me viera así pero una madre lo sabe todo y solo me dijo: -¿Estás bien?- Y yo disimulando le dije que sí, que tenía nervios de la cirugía nada más, tomé el celular le reenvié ese mensaje que me había llegado a él y solo le escribí: -¿Qué es esta mierda?- y apagué mi celular, mi madre se fue y mis manos solo temblaban, es la peor sensación que pude haber sentido en la vida, el corazón a mil, las lágrimas se desbordan como un río que quieren salir con esa misma fuerza y sientes un hueco en el piso, te hundes sin previo aviso, todo se torna extraño y solo tratas de respirar aunque hasta el aire se va.

Entré al consultorio y me dice la doctora: ¿Pero por qué lloras si todavía no hemos sacado la muela? Me reí y le dije: -Es que tengo nervios es todo-, solo mi corazón sabía las ganas que tenía de huir de ese lugar para poder sacar el dolor que sentía.

Pienso que lo más difícil de escribir es como llevar al lector a que sienta lo que lee y más tratándose de un sentimiento como lo es una traición o infidelidad, es muy difícil pero sí, así fue como por cosas de la vida viví eso, sentí esa sensación que aunque esto ya pasó hace 8 años, el ahorita escribirlo es como ponerme de nuevo en esa piel, en aquella Alejandra que ya no es ni la sombra de lo que era pero que aún siente como niña pequeña y vuelven a mojarse los ojos recordando esto porque los dolores es como los perfumes, viene de diferentes formas, tamaños, envases y empaques y te producen diferentes sensaciones al olerlos, cada persona puede asumir una traición de diferente forma, yo esa noche opté solo por escuchar, una mujer que se enamora tiende a caminar con una venda en los ojos de ahí el dicho que el amor es ciego, te nubla porque tú solo quieres ver lo positivo de esa persona, solo optas por un camino, para ti no existe el no, solo el sí, quieres estar con esa persona porque apenas están empezando a vivir “su amor” y todo lo que diga pues no será usado en su contra si no a su favor y es ahí donde ahora puedo decir que aprendí de estas experiencias que la vida te tiene que poner en el camino para crecer realmente y ahora estoy segura que no, el amor no es ciego, el amor cuando es amor te ve y muy fijamente a los ojos y tú debes enfocarte en qué estás viendo en esa persona que te hace poner el corazón a mil y suspirar cada nada, para que así no flotes como una tontita si no que al contrario tengas los pies muy firmes en la tierra sabiendo lo que tú quieres y qué te puede brindar esa persona sin llegar a ser uno solo porque siempre serán dos, caminarán al lado y serán un equipo pero nunca tu todo, porque cuando eso se vuelve así es cuando te pones sin darte cuenta la venda para que andes ciega como me pasó a mi esa vez.

La segunda parte de este sentimiento llamado traición, lo que uno siente después, es ese hecho de que la confianza se acaba y en un segundo cambia todo y hasta tú te ves a un espejo y dices - ¡Qué carajos pasó aquí! – porque ¡Sí! uno cambia y desafortunadamente por culpa de terceros, cambia la forma con que miras esa persona, sigues allí pero ya no con el corazón totalmente dispuesto para él, si no que lo escondes como dentro de una reja que mira por un ladito a ver si puede llegar a salir o no, da temor, te transformas en Pokémon cada nada - como yo lo imaginaría – y suena cómico pero es como si evolucionaras en un instante pero para mal porque algo así no te deja vivir, te perturba y es como si se te metiera un duende que quiso hospedarse sin previo aviso en tu mente y no piensa irse, Airbnb gratis y con acomodación de lujo.

En estos casos hay dos caras de la moneda, o terminas algo que apenas empezó, que sientes que no quieres pero por tu orgullo, dignidad y demás lo haces o continúas porque colocas límites, condiciones y la otra persona que la embarró está dispuesta a demostrarte que realmente que quiere estar contigo y que la cagó hasta el fondo pero el hecho de estar juntos supera cualquier adversidad porque hay amor, ¿Cuál cara de la moneda creen que escogí? Solo recuerden que estaba enamorada y que tenía una idea del amor muy errada a lo que ahora pienso pero como dije, todo son experiencias y tenía que cachetearme la vida bien duro después, pero esa historia ya la conté.

Para finalizar un poco el tema y darle una conclusión, yo solo quiero expresar aquí con palabras lo que se siente en el instante que un mensaje, ver algo, escuchar rumores de algo, puede arruinarlo todo en un segundo, ese sentimiento sinceramente no se lo deseo a nadie y creo que he trabajado mucho en mí como para pedirle a Dios o al universo que nunca más yo tenga que pasar por algo así porque sencillamente nadie se merece eso, como siempre digo, cada persona tiene un valor demasiado importante en esta vida y para eso existen mil formas de uno expresar lo que siente, en el momento adecuado y en el instante en que ya no vibres alto con esa persona que estás pues es mucho mejor hablar y ponerse colorado una sola vez y ya, que andar cambiando de máscaras por años.

Como pienso ahora sé que no daría segundas oportunidades, porque la vida se encargó de afirmarme que el que es nunca dejará de ser, dice un dicho por ahí y como decía el amor no tiene que ser ciego, siento que el amor es como un hilo (bueno piensen en la historia del hilo rojo) que si llegas a algún momento a cortarlo (las tijeras son esa infidelidad) tú dices bueno, le hago un nudo, uno las dos partes y ya, nada ha pasado pero ese nudo primero no va a ser lo suficientemente fuerte y tarde que temprano se desatará así no quieras y será muy difícil y un trabajo bastante largo e imposible que unas ese hilo como antes estaba y pues aquí cabe el dicho la vida es tan corta como para que andes reparando hilos, ¡Cómprate otra madeja y ya está! pero no te apegues a algo que ya se rompió, reconstrúyete tú, mira que falta en ti, porque no es de sacar culpables pero en estos casos es importante saber qué paso contigo para que eso llegara a pasar y suena extraño porque dirás - ¡Y ahora porque yo voy a ser el culpable de que mi pareja me pegara cachos!- Pero sí, eso lo entendí mucho después y será otra historia para contar, pero uno debe revisarse todo el tiempo, porque como dije cuando existe amor de verdad (y es lo que siempre el ser humano está en esa búsqueda constante) pues no te hubieran puesto en esa horrible situación y ya, así de sencillo y ¿Por qué culparnos? Pues porque hay relaciones de las cuales solo uno de los dos se enamora y ya y hay que aprender a identificar las señales. Espero te haya gustado mi señal…

domingo, 6 de agosto de 2023

En un baño de Santiago fui feliz

Mi mente esa noche se durmió con un número en la cabeza 7:10 y a la mañana siguiente en medio del sueño más profundo fue como si alguien me abriera los ojos de un solo golpe, miré al techo asustada, nunca sonó la alarma, tenía que tomar un bus a Santiago de Chile a las 7:30 a.m. y solo exclamé ¡Mierda! Cogí el celular y cuando miré la hora, 7:10, solo pensé en mi ángel y dije gracias una vez más, me levanté y a correr. Me vestí, desperté a la Vale para irnos, saqué las maletas, las subimos al coche y arrancamos, el reloj marcaba 7:35 y ella me dice: -Aquí no esperan, no llaman, si uno no está igual arrancan pero no importa seguimos al bus- mi mente de una vez imaginó una escena de rápido y furioso persiguiendo al bus. Cuando llegamos ella fue a ver si aún estaba el bus mientras yo sacaba mis maletas y sí, para mi tranquilidad el chofer apenas se estaba subiendo al bus y abrochaba su cinturón, respiré hondo y dije con mi mente -¡Gracias otra vez!-, nos dimos un abrazo muy fuerte para despedirnos, agradecí todo lo que hizo por mí y subí al bus, silla 8 que escogí, ventanita, suspiro muy hondo y una tranquilidad profunda.

Cuando abrí los ojos, el bus se había detenido, no tenía ni idea donde estaba o si ya habíamos llegado, miré mi celular, abrí Google maps y efectivamente habíamos llegado, Terminal Sur de Santiago de Chile. Me estiré un poco, agarré mi bolso y bajé del bus, me entregaron mis maletas y comencé a caminar siguiendo a los demás, pues ni idea para qué lado quedaba la salida, buscaba un típico letrero gigante que dijera Baño y lo encontré, 500 pesos chilenos, quinientos!!!, son casi $2.500 pesos en Colombia, pero al país que fueres pues ya gózatelo y no hagas el cambio en la mente o si no te pones a llorar, la verdad yo imaginaba que era peso colombiano y pues fui feliz pensando en lo económico que estaba todo y ya. Pagué y pasé la registradora donde casi mis 3 maletas y yo no cabíamos pero se logró, al entrar era un ambiente poco agradable y pequeño, en ese instante pensé en los baños de los aeropuertos donde entras con tu maletita o maletota y caben las 2, no tienes que pensar o entro yo o la maleta y pues aquí sí tocó pensar como le iba a hacer, vi el espacio y pues como pude metí la maleta, fui entrando de lado y luego me puse casi encima de la taza y corrí la maleta hacia mí para poder cerrar la puerta, cuando casi lo había logrado caí en cuenta que el papel higiénico estaba afuera (esas cosas solo me pasan a mi) y con una sonrisa pendeja volví a hacer maromas para salir de ese baño, agarrar papel higiénico y volver, cerré la puerta, respiré hondo y dije: -Estoy viva aún que es lo importante-.

Cuando salí me acerqué al espejo y sí me asusté un poco, se notaba en mis ojos la tristeza de días anteriores y a veces eso no se maquilla tan fácil- Como pude empecé a embellecer un poco ese rostro, me encrespé las pestañas, una base suave, sombritas, pestañina, la línea negrita abajo del ojo y rematé con brillo en mis labios, sonreí y como que sí había funcionado, al menos había color en mis mejillas. Fui organizando mis cosas para llevar al recorrido un bolso pequeño que no me pesara tanto ya que iba a caminar bastante por Santiago, iban a ser las 10 de la mañana y el día era todo mío, solo tenía que cruzar la calle para ir a otro Terminal, el cual podía dejar guardadas las maletas para en la noche regresar y así coger un bus para el aeropuerto, mi vuelo salía a la 1:00 a.m. para Colombia, tenía que volver tipo 9 p.m. 

Con la duda de no saber para donde coger cuando saliera de aquel baño es lo que me hizo reflexionar ese momento y tener la sensación más inexplicable en el instante que ya me tengo que lanzar a lo desconocido y es allí cuando más me siento viva, cuando puedo reconocer quién soy yo porque me siento feliz. La felicidad es eso, esos pequeños momentos que estás a punto de arriesgarte a vivir, porque de lo que hacía que había llegado a Chile no había podido estar sola y a esto me refiero de viajar sola, no hay nada más emocionante de mirar de que eres capaz y jugar con la incertidumbre de lo que conocerás, esa sensación de vacío es como cuando conoces a alguien y no sabes con quién te puedes encontrar, cuando te arriesgas a decir hola o tú a responder ese hola, esa sensación de expectativa es con la que deberíamos vivir siempre y mantenerla encendida porque es precisamente es lo que te hace sentir vivos, arriesgarse sin pensar, sin organizar tanto, por eso dicen los mejores planes son los que se improvisan y aquí estaba yo, un 6 de agosto en un baño en Santiago siendo la mujer más libre y feliz del mundo.


jueves, 22 de junio de 2023

Ep. 01 ¿Cómo se siente un corazón roto?

Ya pasaron 3 años, muchos juzgarán, otros entenderán, pero acaso en el amor ¿Puedes medir el tiempo o saber cuándo es el momento indicado de ya no sentir más?, quiero hablar de cómo se siente un corazón roto y pues yo tengo un corazón roto, puede que algunos se identifiquen, otros no pero esto que lees es solo para sentir que no estás solo o sola y oír historias semejantes, a mí por ejemplo me ha dado el valor suficiente para reconocer y sentir, así mismo a mi manera he podido ir sanando, pero días como hoy es por lo cual quise escribir esto, porque a veces tengo días tan felices, días que sientes que lo que viviste atrás definitivamente no fue amor, porque te sientes tan bien y de un momento a otro ¡Pum! es como si te dieran un batazo en la cabeza y te dejan otra vez con el dolor, por eso digo –Pinche corazón roto está mal remendado o lo he reconstruido pésimo– porque es como si se volviera a abrir esa herida pero bien feo la verdad.

Resumiré la historia porque no es que me cueste hablar del tema, simplemente a veces siento que la historia no merece ponerle tanto detalle al que estoy acostumbrada a narrar las cosas que me pasan. Años atrás conocí a alguien del cual me enamoré, me enamoré con el amor más sincero y puro que he podido dar a alguien, me enamoré de la forma más loca y extraña y sé que él también, una historia de amor nunca se escribe con un solo protagonista, las cosas cambian pero si empieza aquella historia es porque hubo dos personas bailando el mismo son, así lo pienso yo.

Nunca quise llamarlo esposo, las cosas como son, pero si vivimos juntos mucho tiempo, tiempo suficiente para acoplar los gustos, amar las costumbres, hacer un hogar y dormir todas las noches bajo sus brazos segura de que es el amor de tu vida y que cuando vieras un anillo obviamente no ibas a dudar en decir ¡SÍ! porque qué mujer no sería feliz con un aviso gigante frente a su oficina y viendo a tu persona favorita al otro lado de la calle, en una terraza, con flores, listo para arrodillarse y preguntarte si te quieres casar con él, ¿No? pero pues yo no era feliz y ahora entiendo que él tampoco lo fue, pero esas conversaciones difíciles que uno nunca quiere tener, que omite con un algún detalle, alguna salida a comer y vuelven a casa, tal vez hacen el amor automáticamente pero ya los corazones están más desconectados que nunca, esas conversaciones creo que faltaron y aunque siempre he sido de las que dice las cosas claras y en el momento, cuando las siento, en el instante, si tengo que llorar lloro, lo que sea pero expreso, nunca me guardo nada pues con él fallé porque nunca pude conocer realmente lo que escondía su mirada, que era lo que realmente quería y por qué si me decía que yo era su vida un 16 de marzo del 2020 se marchó.

Dirán qué por qué aclaro la fecha y es que tiempo después cuando hice mi duelo y todo esto que uno pasa, las fases de la separación y demás, yo aprendí a orar o mejor aún a hablar con Dios, la escritura fue mi refugio para este dolor y entendí que no hubo situación más perfecta que esa, ya que al día siguiente inició la cuarentena obligatoria en Colombia por el COVID-19, nadie podía salir, nadie se podía mudar, hacer trasteos nada y yo decía –Gracias Dios– porque aunque no lo aceptaba y me aferraba a una idea equivocada pues fue perfecto todo lo que Él puso en mi camino para verme bien. 

Ahora la verdad es que obvio no estuve bien, para nada y aquí enmarco mi sentimiento más profundo que tuve con esa despedida o bueno dos, una corazonada me decía que ya se estaba mudando, yo estaba trabajando y sentí algo fuerte, le escribí que si ya se había ido y me dijo: –Sí, ya subí las cosas a la camioneta–, le respondí que sentía mi corazón arrugado en ese instante y me dijo: –No creas yo estoy igual–, porque nosotros el día anterior ya habíamos hablado, hasta le ayudé a empacar, qué se llevaba él, con qué me quedaba yo y demás pero su decisión rotunda de irse fue “necesito vivir solo, tener esa etapa en mi vida” ya que los dos salimos de nuestras casas por primera vez y ese sentimiento creo que nunca se olvida, yo dentro de mi ingenuidad pensaba –Pues esperaré a que ese tiempo le ayude y tal vez pronto me diga que ya volvemos a vivir juntos– sí ya sé, cosas tontas que piensa el subconsciente de uno– pero siento que fue una despedida con una posibilidad abierta de “volver”.

Retomando la historia que iba a resumir supuestamente, recuerdo que yo no era mucho de publicar cosas pero escribí una frase tan profunda que publiqué, al volver al apartamento y ver la habitación vacía, todo se desgarró por dentro, es un dolor que no es físico, literal te rompes en mil pedazos pero sigues de pie con tu cara horrorosa que hace uno llorando y escribí: así quedó mi alma como aquella habitación vacía, recuerdo que me escribieron, ¡Wow! Qué profundo, pero igual ni entendían porqué, yo no le conté a nadie, después de un tiempo fui dando la noticia a mis amigos más cercanos los cuales no lo creían y así poco a poco pero muy lentamente fui hablando del tema.

Y sí señores! así es un corazón roto, una habitación completamente vacía con miles de dudas e interrogantes que fueron saliendo uno tras otro en una conversación por WhatsApp (porque hasta ahí el contacto seguía) poco pero estaba, no quería contar esto pero es importante para identificar los sentimientos de un corazón roto, seguíamos el contacto porque él quedó de comprarme una cama, yo regalé la mía para irnos a vivir juntos, así que era lo justo, y de igual forma seguían muchas cosas de él en el apartamento, las cuales fui separándolas para dárselas algún día, lo pinté y recuerdo también otra cosa que le escribí a él y ahora me da es risa porque ya la verdad puedo reírme de eso aunque hayan rezagos del dolor, le envié una foto y le dije: ¡Listo! ya pinté, ya puedes devolverte, él solo me escribió “jajaja” y pues qué cómico que el tiempo de pandemia llegó cuando ya no estuvimos juntos y tiempo atrás deseaba tanto tener un tiempo así para pasar con él, casi ni nos veíamos y sí, viviendo juntos, ese tiempo que dedicas de calidad al otro, eso casi no lo había.

Yo me fui a vivir de nuevo con mi mamá y mientras se solucionaba lo de la cama dormí unas noches con ella, para mi el dormir se volvió un tormento, tocaba la cama y no podía dejar de llorar pero como ella estaba al lado ya dormida era un llanto ahogado sin poder hacer ruido, peor aún solo imagínense eso, un corazón roto, llorar hasta quedarte dormida. Y bueno, en conclusión recuerdo que escogí la cama, le envié un correo con el precio, me dijo –Escoge la que quieras que yo te envío el dinero– la compré porque realmente necesitaba urgente mi espacio pero algo dentro de mí me dijo, –Voy a escoger lo que yo puedo pagar porque huelo a mentiras– menos mal le hago caso a mi intuición, y pues sí, un día me escribió -Voy a pasar por mis cosas pero no creas que voy a subir o quedarme hablando, voy de rapidez no tengo tiempo-, esa sencilla frase hizo que algo cambiara en mí, que sí llegara a sentir aún más roto ese corazón pero hizo que por primera vez en mi vida empezara este largo camino que no había conocido llamado amor propio. Ya no recuerdo si se lo escribí o lo pensé en forma sarcástica como siempre soy –No! pues que mal y yo que te iba a cocinar y esperarte para cenar como siempre– pero bajé y le dejé sus cosas en portería, ahí en la entrada del edificio con el celador, guarda, vigilante o como le digan, y cuando llegó me llamó y esa fue la última vez que escuché su voz, le dije:   –Tus cosas están en portería puedes ahí recogerlas–, recuerdo que hizo una pausa y me dijo: ¿No bajarás? Le dije: –No, ¿Para qué? – y me respondió –Ok! gracias y cuídate– y ahora que lo pienso si debí bajar para decirle en los ojos que me devolviera el anillo que me había dado, porque sí era mío, me lo dio y se lo llevó ¿Eso qué es?, ¿No le bastó con robarme la tranquilidad si no también el anillo? pero bueno ¡Esta es la vida señores!, al cabo de un rato me envió un mensaje que decía: “gracias por guardar todas mis cosas, por favor cuídate mucho que yo haré lo mismo”, sé que se refería a la pandemia, pero sentía que ahora si era un final para siempre, inmediatamente vi que su foto desapareció, me había bloqueado y sí, nunca vi la plata de la cama y como dice la canción hasta el sol de hoy y no lo he vuelto a ver…

Pero bueno ya para finalizar este relato ¿Cómo se siente un corazón roto?, pues cuando por fin tuve mi cama, esa primera noche que vuelves a dormir sola, ese llanto donde se desgarra el alma aferrándote a una almohada, eso es un corazón roto, la soledad gigante que sientes allí como si fuera una cama enorme y te acomodas hacia tu ladito como guardando su espacio inconscientemente, eso es un corazón roto, lo peor es cuando sueñas con él y el sueño es tan pero tan real que cuando te despiertas y miras al lado y no ves a nadie y caes en cuenta otra vez de lo que pasó uff ¿Ese llanto? –Ese llanto es tener el corazón roto– cuando sabes que todo terminó y sientes que no vas a salir de ese dolor y no es que quiera justificar el mío, pero fue demasiado duro estar con tusa, despecho o como lo llamen, en una pandemia, creo que tenía que aprender mucho de esta situación para que sucediera así las cosas, porque sentía que no pasaba el tiempo y cada día era peor, la verdad es que en sí la pandemia hizo una pausa al dolor o más bien la pusieron en velocidad extra lenta, de verdad que yo sentía que no iba a salir de esto y me preguntaba si ya fue hace un año a esa despedida porque siento que algo falta, cada vez que me doy la oportunidad de conocer a alguien vuelve el dolor, vuelvo a llorar como nunca, las lágrimas se volvieron parte de mi día a día y ahora diría ¿Cómo es posible este sucesooo? (Jajajaja es muy chistoso ese audio, busquen así la frase en redes sociales si no saben de qué hablo) y pues un año después de que pasó todo esto cuando lo volví a ver casualmente entendí el por qué así duela más y sea muy difícil hay que ser sinceros y expresar con la verdad lo que pasa al terminar una relación es tan pero tan importante y aquí va la historia:

Fue como si se pausara el tiempo, fue una mirada a lo lejos tan fugaz pero a la vez tan lenta porque lo recuerdo todo y sentí por dentro una expresión de –Carajooo!!! eso dolió–, porque vi otros ojos, lo sentí, fue una persona totalmente desconocida para mí, una expresión demasiado fuerte, fría, llena de odio, recuerdo que era un viernes iba a rumbear y esa salida ¿Adivinen cómo fue? y eso hizo en mí que le escribiera de otro número, cosa que nunca había hecho antes, pero las cosas pasan por algo así que al enviar ese mensaje con algo de cariño que quedaba aún –Que extraño fue ver tus ojos otra vez– como siempre la tontica romántica que no se queda atrás, pues obtuve uno con todo el odio del mundo que decía –No quiero que le vuelvas a escribir a mi mamá (porque pues sí, ¿Las exsuegras que culpa tienen?, las dos nos seguíamos hablando y estaba pendiente “ese café” para despedirnos bien pero pues ajá…) y ni que me vuelvas a escribir de ningún otro número o lo bloquearé también, espero que te quede claro– y pumm! Bloqueo, bloqueo, bloqueo jaja y pues a quién no le queda claro eso ¿No? eso es tener el corazón roto, que pase un año y vuelvas a llorar por horas sintiendo que vas a morir desconsolada hasta que empiezas a borrar todas las fotos de redes sociales y obvio había que hacerlo desde el día 1 pero yo las archivé en Instagram que es distinto y de repente eso hizo que viera en su perfil la foto con una chica y entendí que ella era la misma chica la cual ya había visto en una foto con toda su familia unos meses después de haber terminado y ahí entendí que aquella razón de separarse "porque quería vivir su etapa de soledad” pues la soledad tenía paticas, manitos, boobies y trasero jaja, en fin, ya cada quién sacará sus conclusiones, el hecho es que esa situación puff! Calmó mi llanto, la verdad fue como haber soltado una carga pesada que llevaba ya hace tiempo, esa carga que se llama expectativa o esperanza de miles de hipótesis que uno crea pensando que esa persona volverá a estar con uno y te das cuenta que no, que ya te quitan esa nube en la que andas flotando y pones ahora sí bien los pies en la tierra o si no te lleva el mono de la cueva.

Ya que saben toda la historia se preguntarán ¿Entonces porqué hoy volví a ver la habitación vacía?, y ven ahí ya me entienden de que hablo, no se trata de esa relación que ya pasó o de la persona, ese dolor vuelve es porque falta más amor, porque en este tiempo que he estado soltera en los pocos hombres que me he fijado, en todos he querido encontrar esos detalles que esta persona que estuvo en mi vida me acostumbró a que era amor, comparaba con lo que ya he vivido y sentía que lo que estaba viviendo eso sí iba a ser mejor y entonces me aferraba a personas que no estaban disponibles emocionalmente y yo sentía que las “iba a cambiar” pero lo que hacía era lastimarme aún más y el problema soy yo, que aún no sana este corazón roto, por eso es tan importante remendarlo bien y creo que estoy usando el hilo y la aguja equivocada, es difícil claro, pero siento que sí se puede, olvidar lo que me hizo creer que era amor y así espero seguir en este proceso constante de sanación porque realmente quiero amar bien, diferente a todo lo que ya he vivido, quiero dejar el ego a un lado que es tan difícil, quiero sentir y aprender a recibir ese amor distinto, quiero escribir una historia totalmente nueva en mi vida y porque sé que el amor llega el día que menos te lo esperas y lo sé porque lo ves esperándote en una esquina mientras le haces señas que corra rápido hacia ti al tiempo que paras un bus para decirle –Ven súbete rápido, este bus nos lleva a Zipaquirá– mientras que él responde sonriendo –En mi país le dicen camión– pero esa si es otra historia que les contaré después.

Chaolines.

 

Ep. 02 Infidelidad: ¿Cómo se siente?

  La primera vez en mi vida que supe lo que es enterarse de una infidelidad estaba a punto de entrar a una cirugía de cordal, en ese instant...