Ya pasaron 3 años, muchos juzgarán, otros
entenderán, pero acaso en el amor ¿Puedes medir el tiempo o saber cuándo es el
momento indicado de ya no sentir más?, quiero hablar de cómo se siente un
corazón roto y pues yo tengo un corazón roto, puede que algunos se
identifiquen, otros no pero esto que lees es solo para sentir que no estás solo
o sola y oír historias semejantes, a mí por ejemplo me ha dado el valor
suficiente para reconocer y sentir, así mismo a mi manera he podido ir sanando,
pero días como hoy es por lo cual quise escribir esto, porque a veces tengo
días tan felices, días que sientes que lo que viviste atrás definitivamente no
fue amor, porque te sientes tan bien y de un momento a otro ¡Pum! es como si te
dieran un batazo en la cabeza y te dejan otra vez con el dolor, por eso
digo –Pinche corazón roto está mal remendado
o lo he reconstruido pésimo– porque es como si se volviera a abrir esa
herida pero bien feo la verdad.
Resumiré la historia porque no es que me cueste
hablar del tema, simplemente a veces siento que la historia no merece ponerle
tanto detalle al que estoy acostumbrada a narrar las cosas que me pasan. Años
atrás conocí a alguien del cual me enamoré, me enamoré con el amor más sincero
y puro que he podido dar a alguien, me enamoré de la forma más loca y extraña y
sé que él también, una historia de amor nunca se escribe con un solo
protagonista, las cosas cambian pero si empieza aquella historia es porque hubo
dos personas bailando el mismo son, así lo pienso yo.
Nunca quise llamarlo esposo, las cosas como son,
pero si vivimos juntos mucho tiempo, tiempo suficiente para acoplar los gustos,
amar las costumbres, hacer un hogar y dormir todas las noches bajo sus brazos
segura de que es el amor de tu vida y que cuando vieras un anillo obviamente no
ibas a dudar en decir ¡SÍ! porque qué mujer no sería feliz con un aviso gigante
frente a su oficina y viendo a tu persona favorita al otro lado de la calle, en
una terraza, con flores, listo para arrodillarse y preguntarte si te quieres
casar con él, ¿No? pero pues yo no era feliz y ahora entiendo que él tampoco lo
fue, pero esas conversaciones difíciles que uno nunca quiere tener, que omite
con un algún detalle, alguna salida a comer y vuelven a casa, tal vez hacen el
amor automáticamente pero ya los corazones están más desconectados que nunca,
esas conversaciones creo que faltaron y aunque siempre he sido de las que dice
las cosas claras y en el momento, cuando las siento, en el instante, si tengo
que llorar lloro, lo que sea pero expreso, nunca me guardo nada pues con él
fallé porque nunca pude conocer realmente lo que escondía su mirada, que era lo
que realmente quería y por qué si me decía que yo era su vida un 16 de marzo
del 2020 se marchó.
Dirán qué por qué aclaro la fecha y es que tiempo
después cuando hice mi duelo y todo esto que uno pasa, las fases de la
separación y demás, yo aprendí a orar o mejor aún a hablar con Dios, la escritura
fue mi refugio para este dolor y entendí que no hubo situación más perfecta que
esa, ya que al día siguiente inició la cuarentena obligatoria en Colombia por
el COVID-19, nadie podía salir, nadie se podía mudar, hacer trasteos nada y yo
decía –Gracias Dios– porque aunque no lo aceptaba y me aferraba a una idea
equivocada pues fue perfecto todo lo que Él puso en mi camino para verme
bien.
Ahora la verdad es que obvio no estuve bien, para
nada y aquí enmarco mi sentimiento más profundo que tuve con esa despedida o
bueno dos, una corazonada me decía que ya se estaba mudando, yo estaba
trabajando y sentí algo fuerte, le escribí que si ya se había ido y me dijo:
–Sí, ya subí las cosas a la camioneta–, le respondí que sentía mi corazón
arrugado en ese instante y me dijo: –No creas yo estoy igual–, porque nosotros
el día anterior ya habíamos hablado, hasta le ayudé a empacar, qué se llevaba
él, con qué me quedaba yo y demás pero su decisión rotunda de irse fue
“necesito vivir solo, tener esa etapa en mi vida” ya que los dos salimos de
nuestras casas por primera vez y ese sentimiento creo que nunca se olvida, yo
dentro de mi ingenuidad pensaba –Pues esperaré a que ese tiempo le ayude y tal
vez pronto me diga que ya volvemos a vivir juntos– sí ya sé, cosas tontas que
piensa el subconsciente de uno– pero siento que fue una despedida con una
posibilidad abierta de “volver”.
Retomando la historia que iba a resumir
supuestamente, recuerdo que yo no era mucho de publicar cosas pero escribí una
frase tan profunda que publiqué, al volver al apartamento y ver la habitación
vacía, todo se desgarró por dentro, es un dolor que no es físico, literal te
rompes en mil pedazos pero sigues de pie con tu cara horrorosa que hace uno
llorando y escribí: así quedó mi alma como aquella habitación vacía,
recuerdo que me escribieron, ¡Wow! Qué profundo, pero igual ni entendían
porqué, yo no le conté a nadie, después de un tiempo fui dando la noticia a mis
amigos más cercanos los cuales no lo creían y así poco a poco pero muy
lentamente fui hablando del tema.
Y sí señores! así es un corazón roto, una
habitación completamente vacía con miles de dudas e interrogantes que
fueron saliendo uno tras otro en una conversación por WhatsApp (porque hasta
ahí el contacto seguía) poco pero estaba, no quería contar esto pero es
importante para identificar los sentimientos de un corazón roto, seguíamos el
contacto porque él quedó de comprarme una cama, yo regalé la mía para irnos a
vivir juntos, así que era lo justo, y de igual forma seguían muchas cosas de él
en el apartamento, las cuales fui separándolas para dárselas algún día, lo
pinté y recuerdo también otra cosa que le escribí a él y ahora me da es risa
porque ya la verdad puedo reírme de eso aunque hayan rezagos del dolor, le
envié una foto y le dije: ¡Listo! ya pinté, ya puedes devolverte, él solo me
escribió “jajaja” y pues qué cómico que el tiempo de pandemia llegó cuando ya
no estuvimos juntos y tiempo atrás deseaba tanto tener un tiempo así para pasar
con él, casi ni nos veíamos y sí, viviendo juntos, ese tiempo que dedicas de
calidad al otro, eso casi no lo había.
Yo me fui a vivir de nuevo con mi mamá y mientras
se solucionaba lo de la cama dormí unas noches con ella, para mi el dormir se
volvió un tormento, tocaba la cama y no podía dejar de llorar pero como ella
estaba al lado ya dormida era un llanto ahogado sin poder hacer ruido, peor aún
solo imagínense eso, un corazón roto, llorar hasta quedarte
dormida. Y bueno, en conclusión recuerdo que escogí la cama, le envié
un correo con el precio, me dijo –Escoge la que quieras que yo te envío el
dinero– la compré porque realmente necesitaba urgente mi espacio pero algo
dentro de mí me dijo, –Voy a escoger lo que
yo puedo pagar porque huelo a mentiras– menos mal le hago caso a mi
intuición, y pues sí, un día me escribió -Voy a pasar por mis cosas pero no
creas que voy a subir o quedarme hablando, voy de rapidez no tengo tiempo-, esa
sencilla frase hizo que algo cambiara en mí, que sí llegara a sentir aún más
roto ese corazón pero hizo que por primera vez en mi vida empezara este largo
camino que no había conocido llamado amor propio. Ya no
recuerdo si se lo escribí o lo pensé en forma sarcástica como siempre soy –No!
pues que mal y yo que te iba a cocinar y esperarte para cenar como siempre–
pero bajé y le dejé sus cosas en portería, ahí en la entrada del edificio con
el celador, guarda, vigilante o como le digan, y cuando llegó me llamó y esa
fue la última vez que escuché su voz, le dije: –Tus cosas están en
portería puedes ahí recogerlas–, recuerdo que hizo una pausa y me dijo: ¿No
bajarás? Le dije: –No, ¿Para qué? – y me respondió –Ok! gracias y cuídate– y
ahora que lo pienso si debí bajar para decirle en los ojos que me devolviera el
anillo que me había dado, porque sí era mío, me lo dio y se lo llevó ¿Eso qué
es?, ¿No le bastó con robarme la tranquilidad si no también el anillo? pero
bueno ¡Esta es la vida señores!, al cabo de un rato me envió un mensaje que
decía: “gracias por guardar todas mis cosas, por favor cuídate mucho que yo
haré lo mismo”, sé que se refería a la pandemia, pero sentía que ahora si era
un final para siempre, inmediatamente vi que su foto desapareció, me había
bloqueado y sí, nunca vi la plata de la cama y como dice la canción hasta
el sol de hoy y no lo he vuelto a ver…
Pero bueno ya para finalizar este relato ¿Cómo se
siente un corazón roto?, pues cuando por fin tuve mi cama, esa primera noche
que vuelves a dormir sola, ese llanto donde se desgarra el alma
aferrándote a una almohada, eso es un corazón roto, la soledad gigante que
sientes allí como si fuera una cama enorme y te acomodas hacia tu ladito como
guardando su espacio inconscientemente, eso es un corazón roto, lo peor
es cuando sueñas con él y el sueño es tan pero tan real que cuando te
despiertas y miras al lado y no ves a nadie y caes en cuenta otra vez
de lo que pasó uff ¿Ese llanto? –Ese llanto es tener el corazón roto– cuando
sabes que todo terminó y sientes que no vas a salir de ese dolor y no es que
quiera justificar el mío, pero fue demasiado duro estar con tusa, despecho o
como lo llamen, en una pandemia, creo que tenía que aprender mucho de esta
situación para que sucediera así las cosas, porque sentía que no pasaba el
tiempo y cada día era peor, la verdad es que en sí la pandemia hizo una pausa
al dolor o más bien la pusieron en velocidad extra lenta, de verdad que yo
sentía que no iba a salir de esto y me preguntaba si ya fue hace un año a esa
despedida porque siento que algo falta, cada vez que me doy la oportunidad de
conocer a alguien vuelve el dolor, vuelvo a llorar como nunca, las lágrimas se
volvieron parte de mi día a día y ahora diría ¿Cómo es posible este
sucesooo? (Jajajaja es muy chistoso ese audio, busquen así la frase en
redes sociales si no saben de qué hablo) y pues un año después de que pasó todo
esto cuando lo volví a ver casualmente entendí el por qué así duela más
y sea muy difícil hay que ser sinceros y expresar con la verdad lo que pasa al
terminar una relación es tan pero tan importante y aquí va la
historia:
Fue como si se pausara el
tiempo, fue una mirada a lo lejos tan fugaz pero a la vez tan lenta porque lo
recuerdo todo y sentí por dentro una expresión de –Carajooo!!! eso dolió–,
porque vi otros ojos, lo sentí, fue una persona totalmente desconocida para mí,
una expresión demasiado fuerte, fría, llena de odio, recuerdo que era un
viernes iba a rumbear y esa salida ¿Adivinen cómo fue? y eso hizo en mí que le
escribiera de otro número, cosa que nunca había hecho antes, pero las cosas
pasan por algo así que al enviar ese mensaje con algo de cariño que quedaba aún
–Que extraño fue ver tus ojos otra vez– como siempre la tontica romántica que
no se queda atrás, pues obtuve uno con todo el odio del mundo que decía –No
quiero que le vuelvas a escribir a mi mamá (porque pues sí, ¿Las exsuegras que
culpa tienen?, las dos nos seguíamos hablando y estaba pendiente “ese café”
para despedirnos bien pero pues ajá…) y ni que me vuelvas a escribir de ningún
otro número o lo bloquearé también, espero que te quede claro– y pumm! Bloqueo,
bloqueo, bloqueo jaja y pues a quién no le queda claro eso ¿No? eso es tener el
corazón roto, que pase un año y vuelvas a llorar por horas sintiendo
que vas a morir desconsolada hasta que empiezas a borrar todas las
fotos de redes sociales y obvio había que hacerlo desde el día 1 pero yo las
archivé en Instagram que es distinto y de repente eso hizo que viera en su
perfil la foto con una chica y entendí que ella era la misma chica la cual ya
había visto en una foto con toda su familia unos meses después de haber
terminado y ahí entendí que aquella razón de separarse "porque quería
vivir su etapa de soledad” pues la soledad tenía paticas, manitos, boobies y
trasero jaja, en fin, ya cada quién sacará sus conclusiones, el hecho es que
esa situación puff! Calmó mi llanto, la verdad fue como haber soltado una carga
pesada que llevaba ya hace tiempo, esa carga que se llama expectativa o
esperanza de miles de hipótesis que uno crea pensando que esa persona volverá a
estar con uno y te das cuenta que no, que ya te quitan esa nube en la que andas
flotando y pones ahora sí bien los pies en la tierra o si no te lleva el mono
de la cueva.
Ya que saben toda la historia se preguntarán
¿Entonces porqué hoy volví a ver la habitación vacía?, y ven ahí ya me
entienden de que hablo, no se trata de esa relación que ya pasó o de la
persona, ese dolor vuelve es porque falta más amor, porque en este tiempo que
he estado soltera en los pocos hombres que me he fijado, en todos he querido
encontrar esos detalles que esta persona que estuvo en mi vida me acostumbró a
que era amor, comparaba con lo que ya he vivido y sentía que lo que estaba
viviendo eso sí iba a ser mejor y entonces me aferraba a personas que no
estaban disponibles emocionalmente y yo sentía que las “iba a cambiar” pero lo
que hacía era lastimarme aún más y el problema soy yo, que aún no sana
este corazón roto, por eso es tan importante remendarlo bien y creo que estoy
usando el hilo y la aguja equivocada, es difícil claro, pero siento que sí
se puede, olvidar lo que me hizo creer que era amor y así espero seguir en este
proceso constante de sanación porque realmente quiero amar bien, diferente a
todo lo que ya he vivido, quiero dejar el ego a un lado que es tan difícil,
quiero sentir y aprender a recibir ese amor distinto, quiero escribir una
historia totalmente nueva en mi vida y porque sé que el amor llega el día que
menos te lo esperas y lo sé porque lo ves esperándote en una esquina mientras
le haces señas que corra rápido hacia ti al tiempo que paras un bus para
decirle –Ven súbete rápido, este bus nos lleva a Zipaquirá– mientras que él
responde sonriendo –En mi país le dicen camión– pero esa si es otra historia
que les contaré después.
Chaolines.
No hay comentarios:
Publicar un comentario