jueves, 22 de junio de 2023

Ep. 01 ¿Cómo se siente un corazón roto?

Ya pasaron 3 años, muchos juzgarán, otros entenderán, pero acaso en el amor ¿Puedes medir el tiempo o saber cuándo es el momento indicado de ya no sentir más?, quiero hablar de cómo se siente un corazón roto y pues yo tengo un corazón roto, puede que algunos se identifiquen, otros no pero esto que lees es solo para sentir que no estás solo o sola y oír historias semejantes, a mí por ejemplo me ha dado el valor suficiente para reconocer y sentir, así mismo a mi manera he podido ir sanando, pero días como hoy es por lo cual quise escribir esto, porque a veces tengo días tan felices, días que sientes que lo que viviste atrás definitivamente no fue amor, porque te sientes tan bien y de un momento a otro ¡Pum! es como si te dieran un batazo en la cabeza y te dejan otra vez con el dolor, por eso digo –Pinche corazón roto está mal remendado o lo he reconstruido pésimo– porque es como si se volviera a abrir esa herida pero bien feo la verdad.

Resumiré la historia porque no es que me cueste hablar del tema, simplemente a veces siento que la historia no merece ponerle tanto detalle al que estoy acostumbrada a narrar las cosas que me pasan. Años atrás conocí a alguien del cual me enamoré, me enamoré con el amor más sincero y puro que he podido dar a alguien, me enamoré de la forma más loca y extraña y sé que él también, una historia de amor nunca se escribe con un solo protagonista, las cosas cambian pero si empieza aquella historia es porque hubo dos personas bailando el mismo son, así lo pienso yo.

Nunca quise llamarlo esposo, las cosas como son, pero si vivimos juntos mucho tiempo, tiempo suficiente para acoplar los gustos, amar las costumbres, hacer un hogar y dormir todas las noches bajo sus brazos segura de que es el amor de tu vida y que cuando vieras un anillo obviamente no ibas a dudar en decir ¡SÍ! porque qué mujer no sería feliz con un aviso gigante frente a su oficina y viendo a tu persona favorita al otro lado de la calle, en una terraza, con flores, listo para arrodillarse y preguntarte si te quieres casar con él, ¿No? pero pues yo no era feliz y ahora entiendo que él tampoco lo fue, pero esas conversaciones difíciles que uno nunca quiere tener, que omite con un algún detalle, alguna salida a comer y vuelven a casa, tal vez hacen el amor automáticamente pero ya los corazones están más desconectados que nunca, esas conversaciones creo que faltaron y aunque siempre he sido de las que dice las cosas claras y en el momento, cuando las siento, en el instante, si tengo que llorar lloro, lo que sea pero expreso, nunca me guardo nada pues con él fallé porque nunca pude conocer realmente lo que escondía su mirada, que era lo que realmente quería y por qué si me decía que yo era su vida un 16 de marzo del 2020 se marchó.

Dirán qué por qué aclaro la fecha y es que tiempo después cuando hice mi duelo y todo esto que uno pasa, las fases de la separación y demás, yo aprendí a orar o mejor aún a hablar con Dios, la escritura fue mi refugio para este dolor y entendí que no hubo situación más perfecta que esa, ya que al día siguiente inició la cuarentena obligatoria en Colombia por el COVID-19, nadie podía salir, nadie se podía mudar, hacer trasteos nada y yo decía –Gracias Dios– porque aunque no lo aceptaba y me aferraba a una idea equivocada pues fue perfecto todo lo que Él puso en mi camino para verme bien. 

Ahora la verdad es que obvio no estuve bien, para nada y aquí enmarco mi sentimiento más profundo que tuve con esa despedida o bueno dos, una corazonada me decía que ya se estaba mudando, yo estaba trabajando y sentí algo fuerte, le escribí que si ya se había ido y me dijo: –Sí, ya subí las cosas a la camioneta–, le respondí que sentía mi corazón arrugado en ese instante y me dijo: –No creas yo estoy igual–, porque nosotros el día anterior ya habíamos hablado, hasta le ayudé a empacar, qué se llevaba él, con qué me quedaba yo y demás pero su decisión rotunda de irse fue “necesito vivir solo, tener esa etapa en mi vida” ya que los dos salimos de nuestras casas por primera vez y ese sentimiento creo que nunca se olvida, yo dentro de mi ingenuidad pensaba –Pues esperaré a que ese tiempo le ayude y tal vez pronto me diga que ya volvemos a vivir juntos– sí ya sé, cosas tontas que piensa el subconsciente de uno– pero siento que fue una despedida con una posibilidad abierta de “volver”.

Retomando la historia que iba a resumir supuestamente, recuerdo que yo no era mucho de publicar cosas pero escribí una frase tan profunda que publiqué, al volver al apartamento y ver la habitación vacía, todo se desgarró por dentro, es un dolor que no es físico, literal te rompes en mil pedazos pero sigues de pie con tu cara horrorosa que hace uno llorando y escribí: así quedó mi alma como aquella habitación vacía, recuerdo que me escribieron, ¡Wow! Qué profundo, pero igual ni entendían porqué, yo no le conté a nadie, después de un tiempo fui dando la noticia a mis amigos más cercanos los cuales no lo creían y así poco a poco pero muy lentamente fui hablando del tema.

Y sí señores! así es un corazón roto, una habitación completamente vacía con miles de dudas e interrogantes que fueron saliendo uno tras otro en una conversación por WhatsApp (porque hasta ahí el contacto seguía) poco pero estaba, no quería contar esto pero es importante para identificar los sentimientos de un corazón roto, seguíamos el contacto porque él quedó de comprarme una cama, yo regalé la mía para irnos a vivir juntos, así que era lo justo, y de igual forma seguían muchas cosas de él en el apartamento, las cuales fui separándolas para dárselas algún día, lo pinté y recuerdo también otra cosa que le escribí a él y ahora me da es risa porque ya la verdad puedo reírme de eso aunque hayan rezagos del dolor, le envié una foto y le dije: ¡Listo! ya pinté, ya puedes devolverte, él solo me escribió “jajaja” y pues qué cómico que el tiempo de pandemia llegó cuando ya no estuvimos juntos y tiempo atrás deseaba tanto tener un tiempo así para pasar con él, casi ni nos veíamos y sí, viviendo juntos, ese tiempo que dedicas de calidad al otro, eso casi no lo había.

Yo me fui a vivir de nuevo con mi mamá y mientras se solucionaba lo de la cama dormí unas noches con ella, para mi el dormir se volvió un tormento, tocaba la cama y no podía dejar de llorar pero como ella estaba al lado ya dormida era un llanto ahogado sin poder hacer ruido, peor aún solo imagínense eso, un corazón roto, llorar hasta quedarte dormida. Y bueno, en conclusión recuerdo que escogí la cama, le envié un correo con el precio, me dijo –Escoge la que quieras que yo te envío el dinero– la compré porque realmente necesitaba urgente mi espacio pero algo dentro de mí me dijo, –Voy a escoger lo que yo puedo pagar porque huelo a mentiras– menos mal le hago caso a mi intuición, y pues sí, un día me escribió -Voy a pasar por mis cosas pero no creas que voy a subir o quedarme hablando, voy de rapidez no tengo tiempo-, esa sencilla frase hizo que algo cambiara en mí, que sí llegara a sentir aún más roto ese corazón pero hizo que por primera vez en mi vida empezara este largo camino que no había conocido llamado amor propio. Ya no recuerdo si se lo escribí o lo pensé en forma sarcástica como siempre soy –No! pues que mal y yo que te iba a cocinar y esperarte para cenar como siempre– pero bajé y le dejé sus cosas en portería, ahí en la entrada del edificio con el celador, guarda, vigilante o como le digan, y cuando llegó me llamó y esa fue la última vez que escuché su voz, le dije:   –Tus cosas están en portería puedes ahí recogerlas–, recuerdo que hizo una pausa y me dijo: ¿No bajarás? Le dije: –No, ¿Para qué? – y me respondió –Ok! gracias y cuídate– y ahora que lo pienso si debí bajar para decirle en los ojos que me devolviera el anillo que me había dado, porque sí era mío, me lo dio y se lo llevó ¿Eso qué es?, ¿No le bastó con robarme la tranquilidad si no también el anillo? pero bueno ¡Esta es la vida señores!, al cabo de un rato me envió un mensaje que decía: “gracias por guardar todas mis cosas, por favor cuídate mucho que yo haré lo mismo”, sé que se refería a la pandemia, pero sentía que ahora si era un final para siempre, inmediatamente vi que su foto desapareció, me había bloqueado y sí, nunca vi la plata de la cama y como dice la canción hasta el sol de hoy y no lo he vuelto a ver…

Pero bueno ya para finalizar este relato ¿Cómo se siente un corazón roto?, pues cuando por fin tuve mi cama, esa primera noche que vuelves a dormir sola, ese llanto donde se desgarra el alma aferrándote a una almohada, eso es un corazón roto, la soledad gigante que sientes allí como si fuera una cama enorme y te acomodas hacia tu ladito como guardando su espacio inconscientemente, eso es un corazón roto, lo peor es cuando sueñas con él y el sueño es tan pero tan real que cuando te despiertas y miras al lado y no ves a nadie y caes en cuenta otra vez de lo que pasó uff ¿Ese llanto? –Ese llanto es tener el corazón roto– cuando sabes que todo terminó y sientes que no vas a salir de ese dolor y no es que quiera justificar el mío, pero fue demasiado duro estar con tusa, despecho o como lo llamen, en una pandemia, creo que tenía que aprender mucho de esta situación para que sucediera así las cosas, porque sentía que no pasaba el tiempo y cada día era peor, la verdad es que en sí la pandemia hizo una pausa al dolor o más bien la pusieron en velocidad extra lenta, de verdad que yo sentía que no iba a salir de esto y me preguntaba si ya fue hace un año a esa despedida porque siento que algo falta, cada vez que me doy la oportunidad de conocer a alguien vuelve el dolor, vuelvo a llorar como nunca, las lágrimas se volvieron parte de mi día a día y ahora diría ¿Cómo es posible este sucesooo? (Jajajaja es muy chistoso ese audio, busquen así la frase en redes sociales si no saben de qué hablo) y pues un año después de que pasó todo esto cuando lo volví a ver casualmente entendí el por qué así duela más y sea muy difícil hay que ser sinceros y expresar con la verdad lo que pasa al terminar una relación es tan pero tan importante y aquí va la historia:

Fue como si se pausara el tiempo, fue una mirada a lo lejos tan fugaz pero a la vez tan lenta porque lo recuerdo todo y sentí por dentro una expresión de –Carajooo!!! eso dolió–, porque vi otros ojos, lo sentí, fue una persona totalmente desconocida para mí, una expresión demasiado fuerte, fría, llena de odio, recuerdo que era un viernes iba a rumbear y esa salida ¿Adivinen cómo fue? y eso hizo en mí que le escribiera de otro número, cosa que nunca había hecho antes, pero las cosas pasan por algo así que al enviar ese mensaje con algo de cariño que quedaba aún –Que extraño fue ver tus ojos otra vez– como siempre la tontica romántica que no se queda atrás, pues obtuve uno con todo el odio del mundo que decía –No quiero que le vuelvas a escribir a mi mamá (porque pues sí, ¿Las exsuegras que culpa tienen?, las dos nos seguíamos hablando y estaba pendiente “ese café” para despedirnos bien pero pues ajá…) y ni que me vuelvas a escribir de ningún otro número o lo bloquearé también, espero que te quede claro– y pumm! Bloqueo, bloqueo, bloqueo jaja y pues a quién no le queda claro eso ¿No? eso es tener el corazón roto, que pase un año y vuelvas a llorar por horas sintiendo que vas a morir desconsolada hasta que empiezas a borrar todas las fotos de redes sociales y obvio había que hacerlo desde el día 1 pero yo las archivé en Instagram que es distinto y de repente eso hizo que viera en su perfil la foto con una chica y entendí que ella era la misma chica la cual ya había visto en una foto con toda su familia unos meses después de haber terminado y ahí entendí que aquella razón de separarse "porque quería vivir su etapa de soledad” pues la soledad tenía paticas, manitos, boobies y trasero jaja, en fin, ya cada quién sacará sus conclusiones, el hecho es que esa situación puff! Calmó mi llanto, la verdad fue como haber soltado una carga pesada que llevaba ya hace tiempo, esa carga que se llama expectativa o esperanza de miles de hipótesis que uno crea pensando que esa persona volverá a estar con uno y te das cuenta que no, que ya te quitan esa nube en la que andas flotando y pones ahora sí bien los pies en la tierra o si no te lleva el mono de la cueva.

Ya que saben toda la historia se preguntarán ¿Entonces porqué hoy volví a ver la habitación vacía?, y ven ahí ya me entienden de que hablo, no se trata de esa relación que ya pasó o de la persona, ese dolor vuelve es porque falta más amor, porque en este tiempo que he estado soltera en los pocos hombres que me he fijado, en todos he querido encontrar esos detalles que esta persona que estuvo en mi vida me acostumbró a que era amor, comparaba con lo que ya he vivido y sentía que lo que estaba viviendo eso sí iba a ser mejor y entonces me aferraba a personas que no estaban disponibles emocionalmente y yo sentía que las “iba a cambiar” pero lo que hacía era lastimarme aún más y el problema soy yo, que aún no sana este corazón roto, por eso es tan importante remendarlo bien y creo que estoy usando el hilo y la aguja equivocada, es difícil claro, pero siento que sí se puede, olvidar lo que me hizo creer que era amor y así espero seguir en este proceso constante de sanación porque realmente quiero amar bien, diferente a todo lo que ya he vivido, quiero dejar el ego a un lado que es tan difícil, quiero sentir y aprender a recibir ese amor distinto, quiero escribir una historia totalmente nueva en mi vida y porque sé que el amor llega el día que menos te lo esperas y lo sé porque lo ves esperándote en una esquina mientras le haces señas que corra rápido hacia ti al tiempo que paras un bus para decirle –Ven súbete rápido, este bus nos lleva a Zipaquirá– mientras que él responde sonriendo –En mi país le dicen camión– pero esa si es otra historia que les contaré después.

Chaolines.

 

Ep. 02 Infidelidad: ¿Cómo se siente?

  La primera vez en mi vida que supe lo que es enterarse de una infidelidad estaba a punto de entrar a una cirugía de cordal, en ese instant...